Insignia maciza de bronce de 3,5 Mm. x 3,5 Mm. tiene en el
centro esmaltada la cruz blanca de malta orlada por una ramas de laurel unidas
abajo por un lazo azul y arriba la corona real.
Este broche se llevaba en el cuello para cerrar las puntas del cuello, con uniforme de paseo se llevaba sobre la corbata. Se instauro por decreto de 20 de septiembre de 1940 y orden circular de 31 de julio de 1941.
Este broche se llevaba en el cuello para cerrar las puntas del cuello, con uniforme de paseo se llevaba sobre la corbata. Se instauro por decreto de 20 de septiembre de 1940 y orden circular de 31 de julio de 1941.
Historia:
Durante la Guerra Civil se organizaron cursillos con las
aspirantes de Cruz Roja española, Sección Femenina de Falange y las que
trabajaban en hospitales militares de forma voluntaria y sin titulación,
llegándose a formar 5.506 enfermeras de sanidad militar mediante la realización
de 116 cursillos en distintos puntos de España. El estado mayor del ejército,
en mayo de 1938, creó el documento de identidad para enfermeras, alcanzándose,
al terminar la Guerra Civil, 12.307 titulaciones entre enfermeras y
auxiliares.
MERCEDES MILÁ NOLLA |
Con este gran material humano y profesional se creó el Cuerpo
de Damas de Sanidad Militar que fue fundado en 1.941 por Mercedes Milá Nolla,
era el 18 de julio de 1.936, enfermera titular de la Cruz Roja en la capital de
España en donde ocupaba un alto cargo, fue encargada por el jefe provincial de
sanidad de Madrid de organizar al personal de enfermería que había en el
hospital provisional instalado en el hotel Ritz en esa fecha. Un día, fue
avisada por el jefe provincial para decirle que los milicianos andaban
buscándola en su domicilio y que tuviera cuidado de no regresar a él. En vista
de lo cual y sin quitarse el uniforme de enfermera se pasó a la llamada “zona
nacional”, vía Barcelona-Francia-Navarra, presentándose en salamanca al general
Franco quien le encargó que organizara los servicios de enfermería en los
hospitales.
Se fueron reclutando enfermeras, en los propios hospitales. Deberían
presentar para ello el título de enfermera o de auxiliar de enfermera, además
de un certificado de buena conducta y un informe sobre antecedentes políticos. Se
investigaba profusamente, los antecedentes políticos, familiares y de otra
índole de cada interesada. La edad mínima que deberían tener era la de 20 años.
Hubo también muchas enfermeras extranjeras, algunas de
familias de alcurnia y de la alta sociedad e incluso princesas, como la
princesa María Adelaida de Braganza de Austria. La infanta Dª María Mercedes de
Baviera y Borbón, o como la enfermera Ellis Priscilla Scott que escribió un
“diario de la guerra de España”, Plaza y Janés, 1996.
En la zona nacional, los únicos títulos reconocidos eran los
de la cruz roja, facultad de medicina, Sección Femenina de Falange Española, la
casa de salud de valdecilla y la organización frentes y hospitales de los
tercios de Requetés, por lo que hubo que improvisar numerosos cursillos de
enfermería y auxiliares de enfermería militar.
UNIFORME DE LAS DAMAS DE SANIDAD
DISEÑADO POR EL FAMOSO
MODISTO BALENCIAGA
|
En territorio franquista, tanto
las Hermanas de la Caridad como de otras órdenes religiosas colaboraron en el
trabajo de hospitales prestando servicios y a las órdenes de la Inspección General
de Servicios Femeninos: hijas de la caridad de San Vicente Paul, de Santa Ana,
hermanas de San José, Carmelitas, Mercedarias, Madres del Sagrado Corazón, Madres
Irlandesas, Madres Clarisas, Siervas de Jesús, Hermanas de la Cruz y Hermanas
de los Pobres. En los hospitales, normalmente, la jefa de enfermeras era una Hija
de la Caridad que además se encargaban de la administración.
Durante la guerra hubo cientos de
enfermeras a las que les fue concedida la Cruz Roja del Mérito Militar por
haber sufrido bajo fuego enemigo y la Medalla de la Campaña a las que
estuvieron más de seis meses en el frente, la de Sufrimientos por la Patria a
las que sufrieron contagios o fueron prisioneras y la Cruz de Guerra a título póstumo a las que
fallecieron en acto de servicio.
Al terminar la guerra, la mayoría
de las enfermeras fueron abandonando los hospitales a pesar de que aún había
heridos. Muchas de ellas estaban ya cansadas o las reclamaban sus familiares. Muy
pocas siguieron en los hospitales militares. La Inspección General contaba con
15.308 enfermeras de las que 8.938 eran tituladas y las demás, auxiliares. Todas
las enfermeras que sirvieron durante la guerra fueron consideradas como
excombatientes con derecho a ocupar el 80% de los puestos de trabajo en los
organismos del estado.
GRUPO DE DAMAS CON UNIFORME DE PASEO SE LAS PUEDE VER EL DISTINTIVO PRENDIDO DE LA CORBATA, LA MAS VETERANA PROFUSAMENTE CONDECORADA FOTOGRAFÍA DE LA COLECCIÓN DE "COMPAÑÍA 20 " |
Una gran parte de estas
enfermeras excombatientes serían absorbidas años después por las residencias
sanitarias y ambulatorios que irá creando la Seguridad Social y en los
hospitales militares quedó un suficiente contingente de enfermería después de
la desbandada de los primeros meses de finalizar la Guerra Civil.
El comienzo de la participación
española en la guerra mundial gran número de enfermeras de la sección femenina
y de damas de sanidad militar con su fundadora Mercedes Milá habían acudido
voluntariamente a atender a sus camaradas al frente Ruso. En total fueron en
seis expediciones sucesivas, para asegurar un relevo eficiente, a lo largo de
la guerra prácticamente todas las enfermeras recibieron alguna condecoración.
En 1.977 las damas de sanidad
quedan divididas en dos cuerpos:
Cuerpo especial de damas
auxiliares de sanidad militar (con carácter de funcionarias)
Agrupación de damas auxiliares de
sanidad militar (con carácter altruista) cada uno de ellos con su
correspondiente reglamento.
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